En este artículo hablaremos de la ecocity (eco-city) o ecociudades y otros conceptos relacionados que cada vez son más frecuentes encontrarlos hoy en día, como ciudad sostenible, green city o smart city. La eficiencia energética y la gestión eficiente de recursos es algo que ya es fundamental no sólo en la edificación, sino para cualquier producto tecnológico o servicio y la sociedad es cada vez más consciente de esta necesidad. Además los gobiernos están destinando una gran cantidad de recursos y ayudas para tal fin.
Pero ¿Cómo se podría conseguir llevar la sostenibilidad a nivel urbano? Aquí la cosa se complica puesto que las ciudades son posiblemente el producto más complejo jamás creado por el ser humano. Una ciudad es el fruto del desarrollo histórico, social, político, económico y tecnológico, por lo que su transformación hacia un modelo ecológico y respetuoso con el medio ambiente deberá hacerse de forma holística y el resultado no será visible hasta pasados ciertos años. Las Naciones Unidas, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible dedican un apartado para tratar este tema:
Objetivo 11: Ciudades y Comunidades Sostenibles: Lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.
Algo enormemente ambicioso a la vez que necesario, ya que la mitad de la población mundial vive en ciudades y son también responsables del 75% de las emisiones de carbono y del consumo energético a nivel mundial. Además el crecimiento descontrolado de las urbes en las últimas décadas y la mala planificación ha ocasionado una larga lista de problemas, no solo de tipo medioambiental, sino también para las propios habitantes de las ciudades.
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Qué es una ecocity o ecociudad
Este concepto fue acuñado por Richard Register en su libro “Ecocity Berkeley”. Este autor define en pocas palabras pero que a su vez tienen un alcance muy amplio que:
También dice que ninguna ciudad así existe actualmente. La asociación Ecocity Builders, fundada por el mismo Richard Register estableció más adelante que:
Continúa diciendo que la ecociudad proporciona abundancia saludable a sus habitantes sin consumir más recursos (renovables) de los que produce, sin producir más residuos de los que puede asimilar y sin ser tóxica para sí misma ni para los ecosistemas vecinos. El impacto ecológico de sus habitantes refleja estilos de vida solidarios con el planeta; su orden social refleja principios fundamentales de justicia y equidad razonable.
Otra definición dada por el Banco Mundial dice que:
Tras ver estas definiciones podemos decir que la idea de ecocity va mucho más allá de poner paneles solares, mejorar la eficiencia de los edificios, reducir las emisiones, poner más zonas verdes en las ciudades y que haya menos coches aunque éstos sean eléctricos. Se trata de un nuevo modelo de ciudad que la sociedad en su conjunto ya está demandando.
Sostenible no es lo mismo que ecológica
Arquitectura y ciudad sostenible son términos ampliamente utilizados hoy en día pero se quedan cortos y no tienen el mismo alcance de la ciudad ecológica. No obstante, la arquitectura sostenible supone el inicio del camino hacia esta transición.
Sostenibilidad significa poder sostenerse o mantenerse en el tiempo entendiendo que vivimos en un mundo con recursos limitados. Consiste por tanto en hacer un uso óptimo de dichos recursos e incorporar estrategias de diseño que reduzcan el consumo energético y las emisiones contaminantes. Además se busca reducir el impacto negativo que pueda tener su construcción o los materiales utilizados.
¿Podríamos decir que la arquitectura ecológica es sostenible? Sí, siempre, pero no al revés. Algo sostenible no tiene por qué ser ecológico y aquí os dejo el ejemplo del coche eléctrico. Es cierto que utiliza un sistema de propulsión que no produce emisiones, lo cual es muy bueno para el medio ambiente. Sin embargo aumenta la demanda energética de electricidad y ésta no proviene al 100% de fuentes renovables, por lo que de forma indirecta se está contaminando. También la fabricación del vehículo y sobre todo de las baterías implica un enorme impacto ambiental en alguna parte del mundo. Sin mencionar el alto precio que tienen hoy en día que los han convertido en artículos de alto standing. Es verdad que una alternativa ecológica para el transporte privado a día de hoy no existe. Únicamente no usar el coche e ir andando o en bici. Por eso, una ciudad ecológica debería estar diseñada desde un enfoque peatonal, con transporte público eficiente y minimizar lo máximo posible el uso del coche.
Implicaciones de las smart cities
En el mundo del IoT en el que ya prácticamente todo es smart, del que ya hicimos un artículo sobre domótica y smart homes, no podría faltar, como no, la smart city. Pero qué significa esto y si puede tener alguna relación con la ecología.
El concepto de smart city o ciudad inteligente consiste en dotar a la ciudad de tecnologías que por un lado estén monitoreando en tiempo real, extrayendo datos como flujos de tráfico, transporte público, clima, infraestructuras… para ser procesados, analizados y tomar acciones que mejoren la eficiencia y optimicen los recursos.
Esto suena a priori muy bien pero no deja de ser más que un parche y no llegará a solucionar los problemas importantes. Además la smart city será necesariamente la surveillance city (la ciudad vigilada), según este artículo.
No quiere decir esto que las TIC haya que descartarlas en una ciudad ecológica. Está claro que cuanta más información tengamos mejores decisiones podremos tomar, sin embargo, habrá que ver quién y cómo se gestiona esa información y qué se hará con ella. Hoy en día quien tiene más información sobre las ciudades son las grandes empresas tecnológicas que todos conocemos y no los gobiernos. Y pensando también en los laberintos burocráticos de los ayuntamientos, con políticos incompetentes y mala gestión, preveo poca capacidad para tomar decisiones acertadas y en el momento en base a los datos que se recojan.
Conclusión
El camino hacia las ciudades ecológicas pasa por la sostenibilidad, pero será necesaria también una transformación profunda de la sociedad, la política y la economía hacia un modelo más igualitario, justo y autosuficiente, porque al fin y al cabo, las ciudades son el fiel reflejo de los pueblos que las construyen.